ENCASTE CONDE DE LA CORTE
El encaste Parladé – Tamarón – Conde de la Corte, fundado por Agustín Mendoza Montero, es hoy el tronco fundamental de una enorme cantidad de ganaderías de lidia, fuente continuada de bravura a la que se acogieron multitud de ganaderos contemporáneos, quienes, a su vez, lograron diferenciarse.
El Conde de la Corte compró la vacada de la Marquesa de Tamarón (directa de Parladé) en 1920. Cinco años después comenzaría el éxito sostenido de esta ganadería entre toreros, públicos, empresas y ganaderos. Estirpes sin las que no se podría entender el toreo moderno como las de Atanasio Fernández o Juan Pedro Domecq se originan en esta misma raíz.
El toro del Conde se caracteriza por su seriedad y armonía. Es un animal bajo y fino de cabos, escurrido de carnes con frecuencia, lo que le da ese aspecto de vareado o musculado. Suele ser un toro badanudos y descolgado de atrás, con cornamentas muy desarrolladas, no siendo infrecuente el cornalón e incluso el playero. A aquellos toros a los que les nace la penca del rabo muy atrás suelen ser los de nota de la casa.
Respecto a pelos, predomina la capa negra aunque suelen salir burracos, colorados, salpicados y castaños. Los burracos son además zarcos (mancha blanca localizada en el lagrimal del ojo).
Es un toro completo, bravo en el caballo, definido en su nobleza y en su galope, descolgado al embestir y con tranco y rectitud. Embiste de forma brava, a golpe de riñón y no con las manos o el tercio delantero. Toro que, sin embargo, al no admitir un peso excesivo, ve alterado sensiblemente su comportamiento cuando está pasado de kilos.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario